TEXTO E IMÁGENES Rosa Angélica Ramírez

Mamos y miembros de los pueblos kankuamo y kogui de la Sierra Nevada de Santa Marta ingresando a Kankuasé (sitio sagrado kankuamo en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia).
Recuerdo que uno de mis mayores kankuamo decía que, cuando los españoles llegaron a conquistar territorios indígenas, una de sus principales estrategias fue prohibir nuestra lengua porque entendían que la lengua era clave para nuestra cohesión social y cultural. Sin ella, nuestra identidad y tradiciones comenzarían a debilitarse.
Hoy, la importancia de la lengua para nuestra identidad cultural es más importante que nunca. Este año, el 21 de febrero de 2025, el mundo conmemoró otro Día Internacional de la Lengua Materna. A pesar de la increíble diversidad lingüística de nuestro planeta, cuando la mayoría pensamos en idiomas, solemos pensar en inglés, español o chino. Sin embargo, estos representan solo una pequeña fracción de los idiomas del mundo.
No juzgo a quienes desconocen la importancia de la diversidad lingüística. Antes de dejar mi comunidad en busca de mejores oportunidades en Bogotá, la capital de Colombia, yo también la desconocía. ¡Incluso creía que solo existían los cuatro pueblos indígenas de mi territorio! Pero ahora, la experiencia me ha enseñado su importancia. ¿Pueden creer que el 94% de la población mundial habla sólo el 6% de las lenguas del mundo? Eso significa que la gran mayoría de las lenguas — la mayoría indígenas — son habladas por solo el 6% de la población mundial. Irónicamente, las lenguas menos habladas, a menudo indígenas, albergan algunos de los conocimientos bioculturales e históricos más profundos. Y corren un enorme riesgo de extinción.
Las lenguas menos habladas, a menudo indígenas, albergan algunos de los conocimientos bioculturales e históricos más profundos.
Los y las lingüistas estiman que hoy en día se hablan alrededor de siete mil lenguas. Sin embargo, al menos la mitad de ellas podría desaparecer en las próximas generaciones porque los niños ya no las aprenden como primera lengua. Esto no es solo una estadística abstracta; es algo que he experimentado en primera persona en mi comunidad indígena kankuama, ubicada al norte de Colombia.

Las montañas de Atánquez, territorio ancestral de mi pueblo, el pueblo indígena Kankuamo.
Desafortunadamente, cuando nací, mi pueblo ya no hablaba la totalidad de nuestra lengua materna. Mi bisabuela no le enseñó su lengua a mi abuela, ni mi abuela a mi madre; por lo tanto, mi madre tampoco la compartió con mis hermanos ni conmigo. Este círculo vicioso pesa sobre mi identidad y, en muchos contextos, incluso – según la visión de muchos – me desacredita como mujer indígena. Lo que muchas personas, incluyendo a otros pueblos indígenas de mi país, no comprenden es que se nos ha robado el derecho a comprender el mundo a través de nuestra lengua materna, que refleja nuestra cosmovisión como pueblos indígenas.
A través de nuestra lengua materna, transmitimos nuestra forma de ver y comprender el mundo.
A través de nuestra lengua materna, transmitimos nuestra forma de ver y comprender el mundo, junto con las enseñanzas de nuestros mayores. Cuando una lengua se traduce a otra, como el español, pierde su real significado y el conocimiento tradicional asociado a ella. Por lo tanto, desde la experiencia de mi pueblo, puedo decir que cuando una lengua nativa muere, gran parte de la cultura muere con ella, particularmente en cómo se interpreta el mundo a través de esa lengua materna.

Yo, con mi traje tradicional kankuamo en Bogotá, Colombia. Foto: familia Ramirez
Lengua e identidad
¿Son las lenguas indígenas esenciales para la supervivencia de los Pueblos Indígenas? Me gustaría profundizar en las experiencias de mi Pueblo Kankuamo para responder a esta pregunta.
Los cuatro Pueblos Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta — arhuaco, kogui, wiwa y kankuamo — comparten una cosmovisión común. Según nuestra tradición ancestral, somos responsables de mantener el equilibrio del mundo. La Sierra Nevada se considera una gran mesa, donde cada Pueblo Indígena representa una de sus patas; si falta una, se pierde el equilibrio. Esto significa que cada una de los cuatro Pueblos Indígenas debe mantenerse fuerte y contar con los elementos que reafirman su identidad, como hablar la lengua nativa. Pero ¿por qué son tan importantes nuestras lenguas indígenas?

Las cuatro naciones indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta: los pueblos arhuacos, kogui, wiwa y kankuamo.
Como mujer indígena que sólo habla algunas palabras en su lengua, estaba decidida a aprender más sobre la importancia de la lengua materna. Recorrí diferentes territorios indígenas de Colombia, desde el norte de La Guajira hasta el sur de la Amazonía colombiana. Descubrí que la lengua tradicional es la base de una identidad colectiva. Establece una conexión con la comunidad y demuestra nuestra pertenencia a un territorio común. De esta manera, una lengua indígena se convierte en una herramienta para que una comunidad desarrolle una cosmovisión e interactúe con el entorno y el mundo.
En la lengua nativa de nuestro pueblo está contenido todo el conocimiento tradicional de nuestros ancestros, mayoras y líderes espirituales.
El idioma no solo refuerza la identidad étnica, sino que también sirve como una herramienta importante para prevenir la desaparición de los Pueblos Indígenas. En la lengua nativa de nuestro pueblo está contenido todo el conocimiento tradicional de nuestros ancestros, mayoras y líderes espirituales, incluidos los mamos, taitas, jaibanas, entre otros.
Las lenguas indígenas evolucionaron a partir de las experiencias históricas de los pueblos indígenas. La comprensión del territorio y sus ciclos naturales se transmite de generación en generación, incluyendo el calendario lunar, que indica las mejores épocas para la siembra y la cosecha, así como los solsticios de invierno y verano, momentos significativos para el pueblo Kankuamo que se relacionan con el cuidado y el equilibrio con la Madre Tierra. Por lo tanto, al hablar el idioma, se comparten los valores culturales más intangibles y se conoce la memoria colectiva del grupo. Además, la experiencia de hablar la propia lengua, que a menudo sólo entiende la comunidad, puede incluso salvaguardar y proteger la información que se comunica.
Nuestra lengua refleja nuestra comprensión del mundo, nuestra identidad y nuestra conexión espiritual con la naturaleza.
En otras palabras, el idioma es el vínculo simbólico con el pasado, el presente y el futuro de la comunidad. Un ejemplo de esto puede verse en la palabra Kankuamo. Si alguien preguntara sobre su significado, podría decirse que se refiere a una persona perteneciente al pueblo indígena kankuamo. Sin embargo, en kakachukua, la lengua hablada por los kankuamo, su esencia es más profunda:
KUN: Temperamento o fuerza masculina
WA: Madre
MU: Fuego
Estas sílabas de la palabra Kankuamo se refieren al espíritu y la identidad del origen del pueblo Kankuamo. Somos conscientes del equilibrio que debe existir entre lo femenino y lo masculino, y tenemos la capacidad de fuerza y resistencia como el fuego. No es solo una palabra. Nuestra lengua refleja nuestra comprensión del mundo, nuestra identidad y nuestra conexión espiritual con la naturaleza.

Nuestra lengua Kakachukua refleja nuestra comprensión del mundo, nuestra identidad y nuestra conexión espiritual con la naturaleza. Por ejemplo, las sílabas de la palabra Kankuamo se refieren al espíritu y la identidad del origen del pueblo Kankuamo.
La lucha del pueblo kankuamo
Antes, mi pueblo vivía igual que las otras tres naciones indígenas de la Sierra Nevada. Hablábamos nuestra lengua, vestíamos nuestra vestimenta tradicional y seguíamos la guía de nuestros mamos y zagas. Sin embargo, nuestra lengua kakachukua, se ha visto profundamente afectada por desafíos históricos, como el conflicto armado interno, las estrategias de extinción empleadas contra la cultura, las amenazas, la persecución y la desaparición forzada. Hoy en día, mi pueblo kankuamo se considera en grave riesgo de extinción y una de las causas es la pérdida de nuestra lengua.
La migración, la urbanización y la aculturación han debilitado aún más nuestras raíces culturales. Para muchos kankuamos, incluyéndome a mí, esto ha resultado en experiencias dolorosas. En mi caso, mi identidad indígena kankuama se ha visto cuestionada en diversos contextos. A menudo, para acceder a derechos como la educación a través de becas, se exige a miembros de comunidades indígenas que hablen su lengua materna, lo cual es un criterio que excluye a jóvenes indígenas.
Debemos tomar medidas para revivir y despertar las lenguas latentes.
Actualmente, líderes indígenas de diferentes naciones defienden la afirmación de que «un indígena sin lengua no es indígena». Esta afirmación ignora las dolorosas experiencias que muchos indígenas viven por no hablar la totalidad de su lengua. Sin embargo, esta afirmación también puede ayudarnos a comprender la importancia de la lengua para los pueblos indígenas, la lengua es un factor clave en la formación de la identidad y la diferenciación entre Pueblos Indígenas.
A pesar de estos desafíos, nuestro pueblo ha dado pasos importantes para recuperar nuestra lengua y herencia. La creación del Diccionario kankuamo es uno de esos esfuerzos. Para lograrlo, los líderes comunitarios realizaron varios recorridos por el territorio para consultar con las comunidades Koguis, Wiwas y Arhuacas en busca de palabras, sonidos, expresiones y lugares sagrados del pueblo Kankuamo.

Nuestro Diccionario kankuamo, creado por mi pueblo para recuperar nuestra lengua y herencia.
En Colombia, también estamos abogando ante el gobierno para garantizar que nuestras lenguas no sean catalogadas como “lenguas muertas”, ya que no están muertas. Han permanecido latentes durante mucho tiempo debido a diversas complejidades históricas, pero es posible recuperarlas. Debemos tomar medidas para revivir y despertar las lenguas latentes pues son un valor fundamental de nuestra identidad.

Congreso del pueblo Kankuamo en Atánquez, nuestro territorio indígena ancestral. Este congreso sirve como un espacio autónomo para la toma de decisiones, la gobernanza y la autoridad política.
Si bien seguimos comprometidos con el aprendizaje de idiomas, también hemos descubierto otras formas de expresar nuestra identidad. Una forma de hacerlo es a través de nuestros tejidos. Las mujeres kankuamas tejen mochilas, moldeando con su pensamiento cada mochila. Cada puntada es un pensamiento, un sentimiento, un conocimiento ancestral transmitido de madre a hija. De esta manera, el tejido es un lenguaje que cuenta nuestra historia sin palabras.

Mochilas tejidas por mujeres kankuama de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia. El diseño del tejido captura el simbolismo y la cosmogonía del pueblo kankamo. Tejer es una forma importante de expresar nuestra identidad y transmitir conocimientos ancestrales de generación en generación.
Un llamado a proteger las lenguas indígenas

Tejiendo la palabra. Aquí estoy tejiendo mochilas.
La lengua es, sin duda, el factor más decisivo para prevenir la desaparición de las comunidades indígenas. Es el corazón de nuestra identidad y la clave para transmitir el conocimiento tradicional. Si perdemos nuestra lengua, perdemos la esencia misma de quienes somos.
Despertar las lenguas indígenas no se trata solo de palabras; se trata de preservar nuestras historias, identidades y sabiduría. Todos tenemos la responsabilidad de garantizar que las generaciones futuras puedan hablar, pensar y soñar en las lenguas de sus ancestros y ancestras. La supervivencia de los Pueblos Indígenas depende de ello.

Sumergiendo los pies en las aguas cristalinas de los ríos de mi territorio. Para mi comunidad, es importante vivir en armonía con nuestra Haba Nebinyaku (Madre Naturaleza). Las aguas de los ríos cristalinos de mi territorio.
(Traducido del inglés por Rosa Angélica Ramírez)
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Apoye la causa: Las lenguas nativas son un elemento fundamental para la supervivencia física y cultural de las comunidades indígenas. Apoyar el despertar de las lenguas latentes y preservarlas es cuidar la diversidad biocultural del mundo.
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Rosa Angélica Ramírez es una mujer indígena kankuama de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia. Politóloga con una maestría en desarrollo, aboga por la voz y el liderazgo de la juventud indígena. Cree que se pueden construir sociedades fuertes y pacíficas con la ayuda de las comunidades indígenas.